GERDA TARO [TE MATARÉ, DERROTA]
EN CONSTRUCCIÓN
A riesgo de sonar informal, presento este proyecto en primera persona. Y
es que voy a hablar de mí. De mi historia y también de otras historias, sí;
pero regresaré una y otra vez a quien soy. Este proyecto soy yo. Y hasta donde
alcanzo a entender, yo soy también hija, heredera y (en el mejor de los casos)
portavoz de la historia de una Historia, o de varias. Sucede que el mundo ha
atravesado por momentos históricos fundamentales que hoy me tienen aquí, siendo
quién soy, creyendo en lo que creo y trabajando por entender y crear con toda
esa información e impulso; lo único que sé y quiero hacer: Teatro.
Dios murió en Auschwitz. Y a partir de entonces, la modernidad y buena
parte de quienes la habitamos, transitamos huérfanos de padre y sentido por un
mundo que se articuló para asesinar a más de veinte millones de personas, y
vomitar hacia un exilio perpetuo a muchos millones más, entre ellos, a mi
familia, de la cual hubo muy pocos sobrevivientes, mi abuelo Jaime y sus hermanos. El resto de la familia murió en los campos de concentración. No mucho más
tarde, de este lado del Atlántico, mis padres fueron expulsados hacia otro
exilio. Ellos y yo, que acababa de nacer, dos días antes del golpe militar en
Argentina. Un exilio tras otro. En la misma familia. Todo eso también soy yo.
Pero no estoy sola, obviamente. Sin embargo, como las hazañas de mi familia
fueron -a vistas de la Historia Universal- pequeñas y domésticas y como esa
proximidad me descoloca, acudo a alguien más: a Gerda Taro. Me acerco a este
personaje famoso, sí; pero entrañable también. Me resisto al olvido asumiendo
la memoria como única forma de habitar el presente y construir el futuro.
Porque -y cito ahora a otro exiliado argentino, hijo de exiliados judíos-: “Si
finalmente el pasado no es lo que es, sino lo que recordamos, quizá valga la
pena inventar el futuro, aunque no suceda, con tal de no perderlo de antemano.”
Asumiendo pues, que la recuperación de la memoria histórica es una forma
de habitar el presente y de construir el futuro; y entendiendo el
funcionamiento autorreferencial en el arte como el sutil juego de espejos en el
que se pone de manifiesto la oscura relación entre la realidad y la
representación individual que se hace de ella, realizaré una puesta en escena
producto de una investigación actoral a través de la documentación de episodios
sociales relacionados con la historia de mi familia (Segunda Guerra Mundial y
la expulsión y exterminio de los judíos en Polonia; el golpe militar de 1976 en
Argentina).
El texto tomará entonces como referente, compañía, espejo e inspiración al
personaje histórico de Gerda Taro, (fotoperiodista de guerra, exiliada judía,
que cubrió el frente de batalla en La Guerra Civil Española). En su historia
encuentro no sólo un personaje interesante y atractivo sino semejanzas que me
hacen sentir identificada; cercanías y distancias que operarán como detonadores para el trabajo dramatúrgico y escénico.
Este proyecto
consistirá pues en una investigación de recuperación de la memoria histórica y
familiar y será una puesta en escena de teatro personal
y documental.
Micaela Gramajo*
*Becaria Creadores Escénicos FONCA 2015
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